martes, 22 de marzo de 2011

“JAPÓN: CRISIS NUCLEAR DE FUKUSHIMA”

Escribe: Sociólogo Antonio Solís Tasaico/ Vice Presidente ENTE PERUANO-ARGENTINO DE SOCIÓLOGOS y Docente de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.



El 11 de marzo quedará grabado en la memoria de japoneses y de la cultura universal, por el terremoto de nueve grados, el mayor de historia de la humanidad. Más la naturaleza sanciona al humano a través de su accionar sobre éste, y se produce el tsunami o maremoto –que es el que más victima ha causado-, el fenómeno natural; a diez días de esta tragedia, 20 mil han muerto-desaparecidos por acción de tsunami, y destrucción de materialidad previsora –industria, fábricas, comercio, puertos, carreteras, vidas humanas, viviendas de Japón.
Allá las construcciones son asísmicas, y todos cumplen reglamentos de sus prefecturas, así resguardan sus vidas. De ahí la cultura construida para sobrevivir en circunstancias por encontrarse en geografía física, y zócalo oceánico de alto riesgo. Algunas referencias horas antes del éste fenómeno: violento terremoto en China, fuerte temblor en Japón con siete grados; movimiento telúrico en Chile, y erupción volcánica en Indonesia con temblor. Son supuestos de científicos, de lo que podría haber estado ocurriendo en las entrañas de tierra.

El tsunami fue producido por el saltar de una placa submarina, a consecuencia del terremoto, y generando olas de diez metros de altura, y 500 kms. de velocidad, e ingresando 15 kms., tierra adentro. Según adagios populares, “cuando la desgracia llega, no llegan solas”. La desgracia japonesa no se detuvo en ello; consecuencia del tsunami –las olas-, destruyeron una antigua central de energía nuclear en Fukushima, generando explosiones en cuatro de sus seis reactores. Japón se abastecía en base a la energía nuclear a su país, e industria, comercio. Más, la desgracia tras terremoto y maremoto, no es Japón –en particular-, si no que la radiación que fuga de la central va a expandirse –principalmente a toda la costa del Oceáno Pacífico-, y los vientos avancen sobre el mundo. La nube radioactiva se siente en Tokio. De ahí el desespero por emigrar de connacionales, que en Japón residen –más de 60 mil-, turistas, extranjeros, y japoneses mismos.

La radioactividad nuclear causa daños irreversibles al ser humano; enfermedades a la piel, al cuerpo en general, cáncer a órganos del ser humano.
Nuevamente la naturaleza –en éstos fenómenos-, ha desafiado y vencido al hombre de momento. Todos los insumos los facilita ésta, el uranio para la energía nuclear se obtiene de las entrañas del subsuelo, y pocos países poseen esta materia en el mundo. El producto generado por la energía nuclear es el plutonio.
La cultura japonesa –autodefensa a temblores y terremotos-, más no para los tsunamis, y menos para librarse de los efectos e impactos de la energía nuclear, que hoy vive Japón, y hace peligrar al resto de sociedades y países del mundo. Una verdadera apocalipsis; que los extremistas católicos-cristianos, consideran el fin del mundo, y la llegada de dios –para cambiar y sancionar (si ya no lo está haciendo) al humano pecador-, y destructor de sus propias vidas, y las de otros.



El desastre nuclear en Fukushima, técnicamente es parada de los generadores, que da refrigeración a la central. Para contrarrestar el riesgo de la radioactividad en seres humanos, los japoneses reparten píldoras de yodo “benigno”, y evite el riesgo del yodo 131 “malo”. El temor-pánico de alimentarse con alimentos vegetales y animales -ubicados en los humos contaminados- , se acrecienta en todo Japón principalmente.

Pese a la lucha contra desastre radioactivo, se decidiría por la solución que se realizo en Ucrania (1986) –central nuclear llamada Chernóbil-, hace 25 años; ello significa, enterrar la planta nuclear bajo concreto armado y arena.
Sellando definitivamente e impidiendo la filtraciones de radioactividad. Mientras tanto, tratan reparar y enfriar los reactores con agua de mar. El desastre nuclear, ha generado alarma en países que poseen ésta energía, y están revisando y poniendo en práctica seguridades en todo el mundo. Bien sabemos que la energía nuclear sirve generar energía doméstica, industrial, comercial, salud. Pero también sirve para construir armas destructivas a la sociedad humana, de parte quién posea ésta energía. De momento esta en la cabeza del gobierno japonés, -enterrar la central nuclear-, pero hoy están abocados a enfriar, contrarrestar y reparar los daños causados por el tsunami del 11 de marzo. Viejo adagio japonés dice: “cáete siete veces, levántate ocho”. Esperemos que ello quepa en el pueblo de Japón, bien por ellos y el mundo.

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