jueves, 14 de febrero de 2013


LOS BOMBEROS y LOS MAESTROS “MARCA PERU”
Por León Trahtemberg

Los bomberos entran a los edificios en llamas que todos los demás abandonan. Su misión es apagar el incendio y salvar a quiénes hayan quedado atrapados. Es una tarea análoga a la del verdadero profesor que va en ayuda del alumno perturbador, malhumorado, trasgresor, molesto, al que todos los demás profesores critican, rechazan, abandonan y desahucian en su condición de estudiante “normal” (y que a veces también es abandonado a su suerte por sus propios padres).

No son casuales las evidencias de que los países con la mejor educación tienen dos estrategias claves para su avance continuo: una, contar con maestros que correspondan al 1/3 superior del conjunto de profesionales al servicio del estado, en selectividad, competencia profesional, remuneración, prestigio, etc. La otra, no dejar que ningún niño quede rezagado por sus dificultades académicas o conductuales. Podríamos decir que en buena cuenta un buen maestro es aquél que saca adelante al alumno difícil, tal cual ocurre con los pacientes más difíciles que salen adelante gracias al médico que hace la diferencia. Los otros, saldrán adelante con cualquier profesional normal.

Después de todo, los niños no nacen “malos”. Se vuelven inestables, perturbadores, etc. como consecuencia de desajustes entre sus personalidades, necesidades, expectativas y lo que el medio ambiente familiar y extendido es capaz de darles al interactuar con ellos. Cuando ese vínculo es adecuado, los niños avanzan bien aún pon ocasionales altibajos. En caso contrario, los niños  quedan atrapados en sus problemas sin una válvula de escape ni salvavidas orientador.

El Ministerio de Educación ha propuesto denominar “Escuelas Marca Perú” a las de educación bilingüe intercultural que sean capaces de desarrollar aprendizajes fundamentales, procesos pedagógicos modernos y gestión educativa democrática, con acompañamiento especializado. 

Pero la educación peruana abarca mucho más escuelas que esas y más bien necesita a todo nivel  “Maestros Marca Perú”, aquellos que gracias a su intervención logran que los niños sean mejores personas. 

Hasta ahora, no se observa ninguna estrategia eficaz que apunte en esa dirección, más allá de una búsqueda de organizar al magisterio en un mismo régimen laboral y salarial, que dicho sea de paso, está lleno de inconvenientes. Quizá sea un buen momento para pensar en lo que podríamos denominar por analogía “Maestros Marca Perú” que nos asegure que contemos con una estrategia  ganadora de selección y formación de maestros capaces de convertir en exitosos a los  alumnos de todas las escuelas peruanas. Las fórmulas convencionales no han dado resultados en ningún país de América Latina y tampoco se avizoran como exitosas para el caso peruano. 

Una de las principales razones de la dificultad de contar con los maestros que el Perú necesita es que el punto de partida de todos los ministerios de educación suele ser “con los maestros que tenemos, tales como son, ¿cómo hacemos para tener mejores resultados con los alumnos?”  cuando quizá la pregunta inicial debiera ser “¿qué tipo de maestro podría lograr que los alumnos de las escuelas peruanas logren el óptimo de su desarrollo personal y académico”? para luego tomar las medidas que permitan llegar a realizarlo. Habría muchos maestros peruanos que podrían reorientar su quehacer a aquello que resulta más eficaz. Pero también habría que considerar la incorporación al quehacer docente de miles de maestros jóvenes que han estado egresando de los institutos y universidades en los últimos años y que lamentablemente por la manera como se hacen los concursos docentes siempre quedan “fuera de juego” frente a aquellos que han acumulado papeles, títulos y años de servicios aunque no necesariamente sean los más  apropiados para los requerimientos de estos tiempos.    

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